Padre Celestial, te agradezco por amarme.
Te agradezco por enviar a Tu Divino Hijo nuestro Señor Jesucristo al mundo para salvarme y liberarme.
Confío en que tu poder y gracia me sostendrán y restaurarán.
Cúbreme con la Preciosísima Sangre de Tu Hijo nuestro Señor Jesucristo desde mi cabeza hasta la planta de mis pies.
Expulsa todo lo que no debería estar en mí.
Arranca cualquier célula enferma y anormal.
Abre cualquier arteria o vena bloqueada, reconstruye y repone cualquier área dañada.
Remueve toda inflamación y limpia toda infección por el poder de la poderosa Sangre de Nuestro Señor Jesucristo.
Deja que el fuego de tu amor sanador pase a través de todo mi cuerpo, para sanar y renovar todas las áreas enfermas para que mi cuerpo funcione de la forma en que Tú lo creaste para funcionar.
Toca mi mente, mi emoción e incluso lo más hondo de mi corazón.
Satura por completo mi ser de tu Presencia, amor, alegría y paz.
Acércame aún más a Ti, en cada momento de mi vida.
Padre lléname con Tu Espíritu Santo y permíteme hacer tus obras, para que mi vida le traiga honor y gloria a Tu Santo Nombre.
Te pido esto en el nombre de Nuestro Señor Jesucristo.
Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario