jueves, 23 de diciembre de 2021

El GRAN PODER de Sevilla - Manuel García Romero

Madrugada del viernes pasionero
por Sevilla camina lentamente
Jesús del Gran Poder
sangre en su frente
sangre en sus pies
y sangre en el madero
que abraza con dolor humildemente.

Las espinas clavaron su cabeza
tristes lleva sus ojos enturbiados
los pómulos grisáceos desgarrados
y en sus labios resecos e inflamados
se marchita el clavel de su belleza.

La luna en plenitud de paracebes
ilumina su andar emocionada
y el estallido azul de la alborada
le imprime su temblor de brisa leve
al roce de su túnica morada.

Sobre un monte de lirios ateridos
va dejando las huellas de sus pasos
aquellas que a la luz de otros ocasos
recordaron sus trágicos fracasos
a un mundo sin piedad lleno de olvidos.

A un mundo sin amor que no comprende
la lección redentora del calvario
y la inmensa verdad del ideario
que como cirio de pasión se enciende
para alumbrar su hermoso evangeliario.
Pero Sevilla que su fe proclama
en esa madrugada pasionera
y cada viernes en su templo espera
por sus divinos favores lo venera
por ser su GRAN PODER
que tanto ama.

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